Santa Brígida

Santa Brígida es uno de los municipios más pequeños en superficie de la isla. Se encuentra en el noreste de Gran Canaria, a unos 15 kms de Las Palmas de Gran Canaria. Desde Maspalomas, en cuarenta minutos, más o menos, puedes estar en este encantador pueblo.

Si durante tus próximas vacaciones vas a venir a Dunas Hotels & Resorts y quieres dar un paseo por una zona diferente, te recomendamos Santa Brígida. Por el pueblo en sí, por su gente, y por sus restaurantes y actividades de ocio (como el mercadillo los fines de semana).

Otoño e invierno son épocas idóneas para visitar este pueblo, ya que su flora está más frondosa que nunca, y el tiempo fresco invita a hacer una parada para tomar unos vinos y picar algo.

Además de ser un pueblo precioso, Santa Brígida cuenta con mucha historia y con unos alrededores que son muy significativos de la isla, como la Cueva de los Frailes, o la de Los Canarios; o como la Caldera de Bandama. Estos lugares cuentan el origen de la isla, de sus tierras, y del nacimiento de estos pueblos de interior.

Si quieres organizar una visita durante tu estancia en Gran Canaria, te recomendamos que la hagas a lo largo del fin de semana, ya que el pueblo toma más ambiente y se ofrecen más actividades que durante la semana. Te proponemos salir temprano de Dunas Hotels & Resorts, iniciar la ruta hacia Santa Brígida, y una vez te vayas aproximando, ir haciendo paradas.

La Cueva de los Frailes puede ser un buen lugar para la primera visita. Un poco de historia te situarán mejor en el mundo en el que te vas a adentrar. Sigues subiendo hacia el centro de la isla y te encontrarás con el Monte Lentiscal, una zona urbanizada y caracterizada por la cantidad de árboles que hay (incluso en la carretera). Desde allí, con desviarse solo un poco, vas en dirección Bandama, a la Caldera. Este lugar te impresionará, porque el camino es precioso; y cuando llegas al Pico, las vistas de la capital Gran Canaria y de la Caldera del volcán, te terminarán de convencer de que estás en un gran lugar.

Lo perfecto para continuar la ruta es ir ya directamente al pueblo de Santa Brígida, pasear por sus estrechas calles del casco antiguo, y por su mercadillo. Es pequeño, pero todos los puestos tienen productos de altísima calidad, y el ambiente que se respira en este lugar, ¡es mágico!

Nada mejor para terminar la mañana que sentarse a tomar un vino de la tierra y picar algo de comer. Hay un restaurante, (museo, tienda…) La Casa del Vino, que se encuentra justo al lado del mercadillo. Puedes disfrutar de cualquiera de las ofertas relacionadas con los vinos que presenta, pero sobre todo, comer aquí. Pasarás un rato muy agradable que te permitirá saborear más aún el paseo por Santa Brígida.

Si aún te quedan ganas de descubrir, el pueblo tiene lugares espectaculares donde perderse, y si continúas la ruta por los alrededores, encontrarás otros puntos de interés que harán por sí solos que quieras hacer otra parada para disfrutar de ellos.