Pueblos con encanto en Gran Canaria
La isla de Gran Canaria no tiene como único encanto las playas o su clima, sus pueblos y su interior son igual de llamativos e interesantes.
Hay muchos pueblos con encanto y que merecen ser visitados por todo aquel que tenga interés por la cultura general de la isla. Hablaremos de algunos de ellos,para demostrar así que el turismo en Gran Canaria puede ser muy variado y se adapta perfectamente a los variados gustos de quienes visitan nuestra isla.
Mogán
Es uno de los municipios de la zona sur de la isla. Uno de los lugares más idóneos para disfrutar de sol y de una playa paradisíaca. Es el segundo municipio más grande de la isla. Está en un precioso valle que va desde el barranco de El Mulato hasta la costa. Sus playas más reconocidas son las de Puerto Rico, Amadores y Tauro. Todas ellas de agua azul cristalina y perfectas para pasar unos días en familia.
El puerto de Mogán es uno de los puntos más importantes del turismo de la zona. Muchos aficionados al mar dicen de Mogán que es el auténtico paraíso, ya que no solo ofrece la tranquilidad que buscan los turistas en sus vacaciones, sino que su oferta gastronómica y comercial de la zona está totalmente a la altura de sus expectativas.
Firgas
Es un pequeño pueblo del norte de Gran Canaria, y está lleno de encantos. Sus lugares de mayor interés son el barranco de las Mil Fuentes y la iglesia. Cuenta con un patrimonio natural muy especial ya que está situado en el Parque Natural Monte Doramas.
El agua es el protagonista principal de su historia, y eso se puede apreciar con la cascada artificial de treinta metros que hay en el paseo de Gran Canaria, la antigua calle real del pueblo. Otro de los atractivos es el molino de agua, de los más antiguos que quedan en Canarias.
Sus calles se prestan a agradables paseos por ellas. Es un lugar muy tranquilo para visitar alguna vez. El centro del pueblo es la plaza y la Iglesia de San Roque, pero en este caso no es solo el centro lo que llama la atención; las vistas desde él y sus alrededores no dejan indiferente a nadie. Desde Firgas se puede ver perfectamente el Atlántico y todo el norte de Gran Canaria.
Artenara
Es el pueblo más alto, y con menos población, de Gran Canaria; y está rodeada de un relieve muy abrupto, que da sensación de ser un gran balcón sobre la Reserva Mundial de la Biosfera de Gran Canaria. Una de las mejores vistas de la isla se puede apreciar desde aquí. El escritor español Miguel de Unamuno, bautizó a este pueblo como “Tempestad petrificada”, describiendo la cumbre de Gran Canaria.
Es un pueblo tranquilo, perfecto para hacer una ruta de senderismo o simplemente, descansar y disfrutar de su silencio. Invita a recorrer la zona entera, desde el Parque Natura Pinar de Tamadaba. Además, la característica principal de este pueblo son sus casas cuevas típicas de la zona y su historia, ya que es uno de los centros aborígenes de mayor importancia de la isla.
Sus casas son sobrias y funcionales, no hay grandes construcciones pero mezclando estilos arquitectónicos de diferentes épocas e influencias.