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Caminos Reales en Gran Canaria

10 Nov 2016

Gran Canaria ofrece una gran variedad de paisajes, rutas y planes para disfrutar de la naturaleza tan característica que la identifica. Si no quieres que toda tu estancia en Gran Canaria se centre en el sol y la playa o en disfrutar de nuestras piscinas en Dunas Hotels & Resorts hacer una ruta por los Caminos y Senderos de la isla es una gran opción. Disfrutarás de la isla, de su buen clima y de su gran variedad de flora y fauna autóctona.


Hace poco se recuperaron los Caminos Reales, se rehabilitaron para reabrirlos al público. Estas rutas antiguas fueron en el pasado las únicas vías para recorrer la zona interior. Parten de la Cruz de Tejeda y de ahí se irradian hacia todos lados. Casi 700 kilómetros cuadrados de la isla son terreno protegido, y la mayoría de los Caminos llegan a estos puntos. Algunos de ellos son accesibles o se han adecuado para el paseo, otros son muy difíciles, encontrándose con zonas donde hay que escalar incluso para poder seguir el trayecto.


Es importante que, a la hora de realizar una caminata por los Caminos Reales, vayan preparados, tanto para las largas horas de andar como para la diversidad de climas a lo largo de las diferentes zonas de la isla y momentos del día. Es necesario salir equipado con buen calzado, ropa de abrigo, comida, mucha agua, protector solar y, algo importantísimo, un mapa bien señalizado de la ruta. Estar siempre conectado con un teléfono móvil también es algo que recomendamos, al igual que salir a este tipo de rutas siempre acompañado. Los paisajes son espectaculares pero también irregulares, y no hacen fácil la andadura por las sendas.


El Camino Real por excelencia es el de la Cumbre - Costa oeste


Desde Artenara a La Aldea. Es uno de los Caminos Reales más bonitos y antiguos de Gran Canaria. Lo utilizaban anteriormente los habitantes del pueblo de Artenara, para unir el municipio con los de la costa oeste o las de noroeste. Antes de la construcción de la carretera que existe hoy en día, utilizar este camino era obligatorio para ir desde la costa a la cumbre o viceversa. Su extensión es de unos veinte kilómetros, y la duración que supone recorrerlo, siete u ocho horas. Ofrece un gran desnivel, estando el punto más alto a 1.900 metros y el más bajo a cero sobre el nivel del mar. El estado del sendero es bueno en todo el trayecto, por lo que se puede decir que es de dificultad baja y un paseo apto para cualquier persona que esté acostumbrado a hacer este tipo de rutas.


La diversidad de los paisajes hace que el senderista no pare de sorprenderse con lo que se va encontrando en el camino, tanto por sus maravillosas vistas como por la historia que representa la estampa que ofrecen las cadenas montañosas y macizos de Gran Canaria. El paisaje cambia constantemente, ofrece lugares húmedos y frondosos pero también otros más secos y con vegetación desértica. Esto no será así si la ruta se realiza en invierno, ya que en esta época del año toda la zona suele estar muy verde.


Como decimos, esta es otra forma de conocer la isla de Gran Canaria, su pasado, su historia. Pero también su presente, su imagen actual.

Hecho